En ocasiones somos testigos de conflictos
entre la Escuela, a través de sus docentes y equipos directivos, y las
Familias. Lo excelente sería que Escuela y Familia fueran de la mano,
entendiéndose y colaborando para conseguir una educación integral de los niños
y las niñas.
La Escuela tiene la
responsabilidad de desarrollar habilidades que le permitan tener más
comunicación con las familias, diálogos para solucionar cualquier problema que
se encartes y fomentar cambios
positivos. Tener entendimiento de lo que hablamos con ellas y cómo lo hacemos
hará que nos sintamos más eficaces en algunas conversaciones. La actitud de
colaboración que se establece entre el docente y las familias puede ser la
conexión perfecta para promover el desarrollo integral de los/las niños/as y
superar las adversidades con las que necesariamente nos encontraremos por el
camino.
El objetivo es fomentar una
escuela más abierta y transparente, donde la relación entre ambas facilite al
niño/a su proceso de enseñanza aprendizaje, por lo tanto esta relación debe de
ser cordial generando un buen clima de confianza con el objetivo de conseguir
en el niño/a que disfruten de su infancia y construyan una personalidad
equilibrada.
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