domingo, 7 de mayo de 2017

La educación cosa de dos: la escuela y la familia.

El siguiente fragmento de texto es de un artículo publicado por Sofía Dominguez Martínez en 2010 en la Revista Digital para profesionales de la Enseñanza: 
"El punto de encuentro entres los profesores/as y los padres y madres es evidente que son los hijo/as. Es por ello que se necesita entender la escuela en su conjunto, en su totalidad: como formador de personas sociables, cultas, activas y participativas en la sociedad. La clave para generar este punto de encuentro entre maestros/as y padres y madres es la de hacer ver la importancia de que la familia participe en la educación escolar de su hijo/a y que sin dicha colaboración se está afectando de manera notable al desarrollo global del niño/a. El centro debe provocar el interés de los padres y madres en conocer el Proyecto Educativo del centro para entender los valores que imperan en el centro y como se lleva a cabo la práctica a lo largo de la vida diaria. Para que este punto de encuentro sea real en la práctica es necesario movimientos por parte de la escuela que debe ser capaz de conseguir relaciones de participación, cooperación y formación con respecto al alumnado y las familias. Y el movimiento por parte de los padres y madres para comprender de manera global su influencia en los procesos de aprendizaje, en la transmisión de valores y en las relaciones humanas." 
 La escuela y la familia tiene que formar una unidad. Entre ambas se debe de mantener una relación abierta, de comunicación activa, de comprensión por ambas partes, flexibilidad, creando un ambiente cercano. Desde mi punto de vista, es necesario que las familias participen en la escuela, pero claro está, que es la escuela quien debe de fomentar esa participación creando actividades donde requieran o permitan la participación de los padres. Por ejemplo, se puede fomentar la participación de los padres creando excursiones donde los padres/madres puedan ir para ayudar al docente, actividades por rincones en el aula donde haya un padre/madre por cada rincón realizando la actividad con ellos, etc... Pero no podemos olvidar, que a veces son las propias familias las que no quieren participar, ya sea por falta de tiempo, desinterés, trabajo, etc... Por lo tanto, es importante que la escuela, al igual que motivan a los niños/as a aprender, motiven a las familias a que participen y les hagan ver la importancia que tendrá en la educación de su hijo/a. 

BIBLIOGRAFÍA: Domínguez Martínez, S. (2010). La Educación, cosa de dos: La escuela y la familia. Revista digital para profesionales de la enseñanza, 8, pp.1-15. 

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